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13 Allanamientos en La Cumbre, Los Cocos y Capilla del Monte y 6 personas detenidas

 

 

 

22/10/2017 Informe de La Voz del Interior Se trata de un joven que estaba libre pese a estar imputado por una toma de rehenes.Se lo acusa de liderar una banda que ejecutó asaltos en firmas muy reconocidas.

 

El 8 de junio último, cuando ya había anochecido y las calles de La Falda se mostraban despobladas, en gran parte para esquivar el frío, dos delincuentes encapuchados ingresaron en el local de la firma Tarjeta Naranja, ubicado en avenida Edén al 600.

Uno de ellos, que llevaba una pistola, se cubría su rostro con una máscara que para los investigadores que rastrearon luego las cámaras de seguridad no pasó inadvertida.

Se trataba del rostro inconfundible del personaje de la película V de Vendetta (o de Venganza), que luego adoptaron varios de los que se identifican como Anonymous, una red global sin rostro que encara diversas acciones que, en términos generales, se pueden sintetizar como “antisistema”.

En contados minutos, los ladrones redujeron a todos, golpearon a un guardia de seguridad y se alzaron con 200 mil pesos.
Tiempo después, el viernes 6 de octubre, un grupo de encapuchados irrumpió en un local de electrodomésticos, también en pleno centro de La Falda.

En sólo 10 minutos, los tres delincuentes encapuchados, quienes llegaron al local en un remis, robaron 32 mil pesos y electrodomésticos de la sede de la firma Cetrogar, ubicado sobre avenida España.

La forma en que actuaron los ladrones hizo que los pesquisas policiales y el fiscal Martín Bertone ataran cabos y relacionaran ambos golpes delictivos. Se identificó a un grupo de sospechosos, se ordenaron intervenciones telefónicas y todo comenzó a tomar cada vez más forma, hasta que llegaron a un nombre que les resultó muy familiar.

El 28 de abril de 2015, Eduardo Facundo Tottino, un joven de entonces 20 años, fue noticia nacional luego de tomar como rehenes a 24 personas durante varias horas en el interior del supermercado Mariano Max de la localidad de Valle Hermoso, a poco metros de La Falda, sobre la ruta nacional 38.

Aquel día, Tottino llevaba tres armas, picanas, combustible y precintos, entre otros elementos. Disparó varias veces al aire, hirió a un guardia en una pierna y nunca estuvo muy claro qué reclamaba.

Trascendió que había sido empleado de la cadena durante el verano, que luego no le renovaron el contrato y que por eso había montado en ira.

Estuvo 70 días preso en la cárcel de Cruz del Eje, donde su hermana fue sorprendida en una requisa cuando intentaba visitarlo con marihuana, y el juez de Control de Cosquín, Gabriel Prémol, lo excarceló con el argumento de que un informe psicológico indicaba que Tottino mostraba una personalidad inmadura, con rasgos de “ingenuidad, infantilismo, impulsividad y fantasía exacerbada, paranoia e ideas sobrevaloradas”.

Tottino, libre, continuó imputado por una catarata de delitos que lo enfrentan a una condena de entre 10 y 25 años de cárcel: privación ilegítima de la libertad agravada por empleo de violencia y por el uso de arma de fuego; homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa reiterado; privación ilegítima de la libertad coactiva agravada por el empleo de arma de fuego reiterada, y privación ilegítima de la libertad coactiva agravada por el uso de arma de fuego y calificada por la presencia de un menor y lesiones culposas.

En la mira

El joven, hijo de una exconcejala y docente, pronto había regresado al radar de los investigadores policiales. Aquella máscara de V en el local de Tarjeta Naranja volvió a poner el foco sobre él. Robar con una consigna antisistema, aunque luego el botín no se repartía entre los necesitados.

Incluso, según apuntaron las fuentes judiciales y policiales consultadas, se sospecha que fue él quien organizó a la presunta banda bajo sospecha.

Ayer temprano, el fiscal Bertone ordenó 13 allanamientos en distintos domicilios de La Cumbre, Los Cocos, Capilla del Monte y la ciudad de Córdoba. Para ello, fue necesario un inmenso operativo de seguridad: agentes policiales de la Departamental Punilla, la Guardia de Infantería, del grupo de elite Éter y de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA), entre otros.

En una de las viviendas allanadas, el fiscal y Tottino volvieron a verse las caras. El joven quedó detenido con otras tres personas, dos de ellas vinculadas directamente a los robos junto con él; y la cuarta, por tenencia de drogas para comercialización, ya que en un domicilio de Capilla del Monte se halló cocaína y marihuana.

En la jerga policial, desde hace tiempo se hablaba en esa zona de Punilla de la "banda de los chicos bien", jóvenes de clase media que consumían drogas y delinquían.

En los operativos, se secuestraron, además, tres armas de fuego (una sería policial), un handy, un chaleco antibalas y dos escudos policiales. Y, por supuesto, la máscara de V.

 

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